domingo, 22 de febrero de 2009

Gestos, palabras, sonrisas.


Mi olor te atrapa, te atrapa porque no quiere ver como tus manos se despegan de las mias, quiere tenerte cerca para no tener miedo nunca, porque te necesito a ti, y todo lo que te rodea.

Mirada de niño bueno y peticion de un beso gordo para que ese beso gordo nos lleve a otro lugar, un mundo donde tan solo existimos tu y yo y que no necesitamos la existencia de nadie mas porque asi somos felices, un mundo del cual no querria salir nunca porque estar en ese mundo contigo es lo que me hace sonreir todas las mañanas, me hace tener fuerzas para poder estar a tu vera, me hace ver todo de manera diferente, hace que vea las cosas desde una perspectiva de una persona satisfecha de lo que tiene, una persona que quiere pasar cada segundo de su vida al lado de la persona que ama.


Porque son muchos momentos, muchos gestos, muchas palabras y sobre todo muchas sonrisas... tantas que es imposible nombrarlas todas y me pareceria injusto olvidarme de alguna, asi que solo recordare una, una muy especial para mi.



Era por la tarde, el frio llamaba a la puerta y parecia que iba a entrar dentro de poco, pero para mi ni el frio, ni el aire, ni las personas de alrededor, ni los coches existian, para mi solo existias tu sentada a mi izquierda, vestida tan elegante como siempre, preciosa diria yo.

Yo no sere quien vaya te habia dicho anteriormente, pero eso no quieria decir que no buscase ese beso que me hiciera tocar el cielo con la punta de mis dedos, y en uno de esos momentos, nuestras narices se pegaron, nuestros corazones se aceleraron y tus labios vinieron a buscar a los mios, y despues de unos minutos de tan inolvidable beso, nuestros labios se separan, te acurrucas en mi pecho y pregunto, ¿Eres feliz?... ante esta dificil pregunta vino una respuesta que se marcaria en mi corazon para siempre, "Siempre que estoy contigo lo soy", esa contestacion trajo otro beso y lo que podia ser una tarde normal con la chica que quieres se convierto en una cita grabada en el corazon de un chico ilusionado.




Mientras limpio todo rastro de sangre de su rostro pregunto su nombre, la curiosidad invadía mi cuerpo a todo momento, le miro a los ojos y él a los mios. Esos ojos que me habían hecho volar y me habían hecho sentir algo que todavía no había comprendido. Entonces con una perfecta sonrisa me contesta "Puedes llamarme...

3 comentarios:

Diana dijo...

¡Qué bella respuesta!

Y las tardes normales se pueden convertir en momentos inolvidables.

Qué tengas un buen día.
Un beso.

Anónimo dijo...

Muy bueno, sí. Te has desecho ya de ello?? Cualquier apostasía es valida. Saludos!

Eva dijo...

Y ese cosquilleo ante tal respuesta te hace sentirte única.