jueves, 28 de agosto de 2008

Velocidad

-"Pi-pi, pi-pi"- Suena el despertador de mi móvil, ya son las 9:30 hora de levantarse realmente, pero antes que eso prefiero seguir durmiendo así que apago la alarma y continuo durmiendo al rato suena le teléfono, me despierto y corro hacia el comedor antes de que cuelguen. LO cojo, "perfecto"-pienso- es para mi padre y yo corriendo. Se lo llevo a la cama y me voy a la mía, creía q habría pasado 15min pero no, son las 10:30!! Entonces me visto. Me pongo unos pantalones y una camiseta de entrenar. Hago la cama, me hago una coleta y desayuno. En una mochila cojo el móvil, las llaves, las gafas de sol y pañuelos; (una mochila pequeña) y salgo de casa. Me dirijo a la plaza de garaje de mis padres. Entro, voy a la parcela y tras diez minutos logro quitar las cadenas, sacar mi bici y volver a poner la cadenas la bici de mi hermano. La cojo, subo las escaleras para salir al exterior con ella en brazos. Por fin salgo. Me subo y comienzo a pedalear, no demasiado fuerte porque pasan coches. Me dirijo a la canaleta, doy una vuelta y continuo hacia el cabecera, una vez paso el cabecera me meto hacia el río y continuo pedaleando, esta vez mucho más fuerte. Adopto un ritmo constante y a una velocidad alta. Noto como el sol ilumina todo mi cuerpo. El aire me acaricia la cara contra mayor es mi velocidad, noto como se tambalea la camiseta y mi flequillo se echa hacia atrás. Me siento libre y despejada. Miro mis piernas y como pedaleo, me siento bien. No pienso en nada más que en mi cuerpo moviéndose, me doy cuenta de que nosotros mismo nos podemos desplazar y dependiendo de cada uno más rápido o más lento. Sigo pedaleando, algunas veces subo el ritmo y otras lo mantengo como antes. Veo a gente pasar, algunos van en bicicleta como yo, otros van en bici pero pasean. Van mirando los árboles, las fuentes, etc. Algunas otras personas van corriendo y otras caminan. Más adelante veo el parque del Guliverd (no sé como se escribe) y por esa zona veo a las mamás con sus hijos/as pequeños/as en la hierba tumbados en una toalla o jugando descalzos. Observo las fuentes y los árboles, hacia mucho que no pasaba por allí y no me acordaba de como estaba aquello. Sigo con mi bici, esquivo baches, subo y bajo rampas, paso entre los árboles, voy por la tierra y otras veces voy por "asfalto". Me miro las piernas y las veo llenas de salpicaduras de barro. Bajo el ritmo y paso mi mano por el barro de mis piernas, se va enseguida. Vuelvo a cojer el ritmo, me caen gotas de sudor por la cara, miro mis brazos, el sol los ilumina, ahora brillan. Continuo hasta llegar hasta la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, una vez llego allí por causa de las obras debo subir arriba del río, como hay tránsito decido volver. Sin parar a descansar vuelvo hacer el mismo recorrido de vuelta esta vez mi ritmo no es tan alto como el anterior, pero tampoco voy paseando, miro la camiseta y está chopada de sudor. Continuo y veo una fuente, bajo, apoyo la bici a un árbol bebo algo y me vuelvo a subir. Continuo con el ritmo hasta llegar a la canaleta, una vez paso la canaleta mi ritmo baja por los coches. Algunas personas me miran, voy chopada de sudor, pero no me importa, he sentido el viento, el sol, he sentido velocidad y la velocidad es lo que más me gusta. Me proporciona una adrenalina impresionante y una satisfacción increíble. al ver que voy a esa velocidad porque manejo mis piernas y que lo hago yo. Una vez llego al garaje, vuelvo hacer lo mismo que antes para sacarla y me voy para casa, noto mi espalda totalmente chopada. Saco las llaves subo, bebo agua, y me doy una buena ducho de agua fría.

lunes, 25 de agosto de 2008

Y mirando la contraportada sonrio

Tumbada en el césped con un paquete de papas miraba al cielo. Lo miraba atentamente; y pensaba en mis cosas en las decisiones que quiero tomar, en las cosas que me gustan y en que esas decisiones molestan a otras personas y por ello no puedo hacerlas. De pronto pasa un avión y hace que deje de pensar en ello en dejarlo más adelante. Deja un rastro por donde ha pasado, lo comparo con un caracol donde va dejando su rastro con sus babas, la diferencia es que el avión va mucho más deprisa. El cielo esta muy azul y aún hay mucha luz a pesar de que ya pasan de las 8 de la tarde. Observo gente en bici, gente hablando mientras pasea...Nadie se percata en esos momentos de muchas de las decisiones que debemos tomar o de como va el mundo, de hecho yo lo pienso en ese justo momento pero vuelvo a mirar el cielo y esa idea se desvanece. Disfruto de la tarde y del cielo. De lo lejos que está, de lo que me encantaría volar. Ir de aquí allá. Imagino volar por el cielo y ver a el resto del mundo como hormiguitas que caminan y que no saben que les miro. Ser libre e ir donde quiera sin preocupaciones ni calentamientos de cabeza. Tomar mis propias decisiones y hacer lo que me apetezca hacer en ese preciso momento eso es lo que necesito. Un pájaro pasa cerca de mi y dejo de pensar en ello. Me vuelvo a concentrar en ese gran cielo que engloba la Tierra. En esa cosa azulada que existe desde siempre que conocemos desde que nacimos pero que jamás tocaremos, en las miles de estrellas que nos mirar parpadeando y observan lo que hacemos aquí en la Tierra, pero que jamás tocaremos. Pienso en muchas cosas, de todo tipo. Finalmente estiro mi brazo izquierdo para alcanzar mi bolso, como no llego bien, me arrastro un poco y lo alcanzo. Lo abro y rebusco hasta encontrar mi libro. Lo saco, me acomodo en la hierba y me sumerjo en una bonita historia. Leo rápido, quiero llegar al final, estoy impaciente y nerviosa por saber que pondrá linea tras linea. Paso miedo, me lo imagino, me imagino cada una de las escenas. Finalmente llego al último capitulo, impaciente por saber como acaba lo termino. Cierro el libro, Y mirando la contraportada sonrio.

viernes, 22 de agosto de 2008

Desde mi cielo

Empieza mi día cuando comienzo a abrir poco a poco los ojos, miro el reloj son casi las 11. Permanezco unos minutos tumbada, miro la ventana y veo que algunos rayos de sol quieren penetrar por la persiana pero no lo consiguen del todo, alguno de ellos se cuela por pequeños agujeritos y consiguen iluminar un poco mi habitación. Me levanto y me dirijo a la ventana. Subo la persiana y entran muchos más rayos de sol. Abro algo más la ventana y me asomo. Tampoco veo demasiado porque mi ventana da a mi balcón pero puedo ver algo el cielo. Hay algunas nubes, el sol viene y va. Veo mi escritorio. Está lleno de hojas revueltas y el libro que me estoy leyendo "Desde mi cielo", está interesante, me gusta. Lo he cogido y me he ido a la cocina a hacerme el desayuno, mientras la leche se calentaba y mientras después desayunaba iba leyendo. Después del desayuno me he ido al comedor y he continuado leyendo hasta cierta hora donde había quedado entonces me eh vestido arreglado la habitación y he bajado. Después he comido y he continuado leyendo. Esta tarde necesitaba estar sola, me apetecía estar sola, irme al cabecera, tumbarme en el césped y leer, leer tranquilamente, sin apenas ruidos o gente pasando constantemente. Me apetecía estar tranquila. Finalmente no he estado sola y tampoco he leído, pero he estado en otro parque tumbada en el césped. Cuando ya eran las 9 y después de pasar una tarde un tanto rara me he ido a casa pensando en mis cosas, pensando en el libro. Me siento muy interesada en él. Me alegro de habérmelo comprado porque me estoy metiendo mucho y no estoy perdiendo el tiempo en ver cosas absurdas en televisión. Recomiendo a cualquiera la lectura. Es algo fascinante. Leer la historia e imaginarla como cada uno quiera, incluso puedes añadir alguna otra cosa que a ti te guste a la imagen. El aspecto de los personajes, las casas, los parques...el escenario de cada situación, etc. Envarcarte en aventuras, tener miedo, sonreír cuando lees algo bonito, o reír cuando la ocasión lo requiere...un libro puede hacer salir de cada uno muchas cosas. Hay miles de libros, de todo tipos y clases. Hay personas que cuando leen un libro después tienen otra percepción de las cosas, incluso de la vida. ven las cosas de otra manera, piensan mas las cosas o incluso también se animan a hacer cosas que les apetece y que antes no se atrevían. En fin cada libro es un mundo y de momento ahora mi libro es: "Desde mi cielo"

lunes, 18 de agosto de 2008

Un paseo por la montaña

Tras mi ausencia, ahora me encuentro en casa.
No me apetece mucho estar aquí asi que me tumbo en la cama y comienzo a soñar despierta. Y entonces imagino algo que me encantaría que me ocurriera. Una gran semana o un gran fin de semana seria este.
Una colina repleta de hierba fresca y suave. En dicha colina hay un gran árbol que proporciona sombra. A lo lejos viene mi chico en bici. Ambos nos unimos, nos besamos y le ayudo a bajar algunas cosas que lleva en una mochila y algunas cosas atadas a la bici. Saco comida y una especie de tienda pequeña, pero suficiente grande como para los dos.
La abrimos, la montamos y abrimos el avance de la tienda donde colocamos una mesa y dos sillas. Al costado ponemos el camping-gas y hacemos la cena. Mientras cenamos conversamos y reimos. Hablamos de que poder hacer al día siguiente, que visitar en los alrededores, etc. Tras quedar en dar una vuelta en bici dando un paseo por la zona, recojemos los platos y vasos y plegamos la mesa y las sillas. Fuera del avance extendemos unas esterillas y observamos las estrellas. Abrazados sonreimos, hablamos sobre cualquier cosa, ya sea nosotros, el paisaje, las vacaciones, los estudios, cualquier cosa. Una vez ya se ha hecho algo tarde nos dirijimos a la tienda y dormimos ambos abrazados. Al dia siguiente nos leantamos y hacemos lo mismo que para cenar. Abrimos las mesas y las sillas, hacemos el desayuno, desayunamos, recojemos, cerramos el avance, preparamos unos bocadillos para comer, los metemos en las mochilas junto algún refresco o agua, cojemos nuestras bicis y damos un gran paseo por la zona. Comemos sentados bajo un árbol que nos proporciona entre sol y sombra. Despues echamos una pequeña siesta y al despertar continuamos disfrutando del paisaje riendo y hablando mientras hacemos algo de ejercicio y disfrutamos de la naturaleza. Una vez llegamos a la tienda, dejamos las cosas nos refrescamos en el rio, cenamos y nos vamos a dormir. Y al dia siguiente otra aventura más.

Me encantaría ir de camping con mi chico, me encanta eso de dormir en una tienda de acampada de construirte en cierto modo la casa, de hacer la comida, disfrutar de paisajes o de pequeños pueblos con su historia y cultura etc.
En resumen disfrutar de pequeñas cosas que nos hacen vivir grandes momentos disfrutando de la naturaleza y de todas esas cosas que no rodean, las cuales seria una pena que desaparecuiesen, aun que debido a la contaminación del planeta quizás un día dejen de existir y eso si que seria una gran pena.