domingo, 21 de febrero de 2010

Tipico idiota, guaperas

Cogí el tren de la mañana, llevaba la bolsa de deporte con ropa, y mi bolso con movil, cartera, llaves y demás cosas que a veces son precisas en un momento dado y necesitas tener a mano.
Pantalón corto vaquero, camiseta blanca y chaleco negro. Gafas de sol, melena rubia al viento. Cálido y bonito día de verano.
Pregunto el tren con mi destino.
"En ese anden de ahí señorita"
-Gracias muy amable.
A algo más de una hora me encontraba de mi destino. Subí al tren y busqué sitio. Al lado de la ventana. Perfecto. Encendí el movil, me puse los cascos y empecé a escuchar la radio.
Una hora más tarde, una llamada. La cojí.
-¿Sí? Dime.
- ¡Hola! ¡te queda mucho?
- Pues verás.. creo que unas 3 paradas.
- De acuerdo, ¡ahora vamos a por ti!
Y continué escuchando música hasta llegar. Nada más pisar tierra, fui en dirección opuesta a donde debía ir. Finalmente me encuentro y me recojen. Subo al coche. Charlamos, bajamos. Piscina.Nos cambiamos. Comemos, hablamos. Bici. Llegamos a un nuevo destino, muy próximo al anterior. Todo iba bien. Presentaciones, sonrisas, pequeñas charlas. Yo escuchaba atenta y reia cuando algo me hacía gracia.
- No chilleis que él esta durmiendo. - dijo alguien.
Todos seguimos igual pero con menos escándalo.

Entonces...
Entonces apareció él y el tiempo se detuvo. Mi corazón latía más deprisa, yo no me lo explicaba, pero simplemente lo observaba.
Aparecía de esa caravana, restregándose los ojos, ojos que después de quitarse las manos de la cara descubrí que con ayuda del sol, tenía unos ojos azules preciosos que contrastaban con su piel bronceada, y un pelo despeinado castaño. Sin camiseta y unos pantalones cortos de su equipo favorito. Yo me quedé sin habla.
Él me miró porque un chico nos presentó. Yo me levanté de la silla, pero él no hizo ningún movimiento de acercamiento. Levantó la mano a modo de saludo. Y yo contesté con un "Hola"y me senté de nuevo. Yo no quería parar de mirarle, me sorprendió su belleza, nunca había visto algo tan dulce.
Pero conforme fue hablando a media tarde me di cuenta de que perdía el encanto. La boca le perdía. Pensé; "es el típico gracioso idiota sin sentimientos" y me quedé con eso.
Antes de que se marchara, me giré, no podía dejar que se marchara sin volver a ver sus ojos, le vi y lo último que le dije, fue un adiós. Sabía que a la noche lo vería. Conservé la imagen a camara lenta de su bajada de la caravana y el restriego de sus preciosos ojos.
Bicis y de nuevo al primer lugar de llegada.
-¿Qué te ha parecido?
- Es guapo, es guapo.
Risas.
Cena, ducha, arreglarse. Esperamos al vecino. Subimos al coche y llegamos al lugar de encuentro. Media hora de reloj para esperarlo a él. Como odio que la gente no esté a la hora...
Lo esperamos, tras su llegada y cachondeos por su tardanza, nos marchamos al paseo que conduce a la playa.
Botellon. No bebo. Ponme un hielo, sujetame esto, ¿ese es mi bolso? Un chico me hace caso y comenzamos a hablar. Él no me mira. No me hace caso, tal y como solamente con verlo, ya había imaginado. Me rio de las tonterias que algunos dicen por el alcohol. Él va de aquí para allá, pero nunca se queda aquí. Después vamos todos andando, donde estan las discotecas.
Pasan tres chicas, una de ellas rellenita.
-Bombon, caramelo! eso es lo que tienes que dejar de comer, so gorda - le dice él y otro.
Risas del resto.
Y en mi mente lo pensado al principio. "Tipico idiota, tipico guaperas que va de listo".
Llegamos.
Entramos.
- Cuidamela bien eeh! - le dicen.
- Sí, no te preocupes. - contesta él.
A los 5 min ya me ha perdido de vista, rectifico, yo a él. Abandono en mitad de la disco, afortunadamente un chico del grupo se queda conmigo, después de 5min salimos. Nos sentamos todos.

Se sienta a mi lado. A mi derecha. Lo recuerdo. Un idiota se sienta a mi izquierda, pretende algo, finalmente se marcha, no le hago caso, yo lo miro a él. Me doy cuenta de que sus ojos realmente son verdes. Sus ojos son preciosos, pero lo tengo muy cerca y no me atrevo a mirarlo. Miro casi constantemente para abajo y sólo lo miro a la cara cuando alejo un poco la mia. Charlamos. Descubro que no es tal y como yo pensaba. Es dulce y parece buen chico, desde ese momento no se separa de mi en ningun momento de la noche. Me acompaña donde hubiese tenido que ir sola y me lleva en coche, cuando hubiese tenido que ir andando. Finalmente, después de toda la noche, se hace de día. He pasado una noche estupenda. Tan atento... me intriga.

De madrugada, vamos todos en coche, mientras varios desayunan, hay risas. Me rio mucho. No los conozco a penas y me tratan muy bien.
Tras una gracia sugiere que me quede. Yo rio y el resto también.
Vamos todos a la playa. El agua esta un poco fría, pero nos metemos igual. Al principio estamos todos, después quedamos los dos dentro. Hablamos de deporte. Pretemporadas y poco más. Le pregunto que como hablaremos y contesta que por messenger, pero ninguno de los dos se lo pide al otro. Nos separan unos tres metros.
- ¿Salimos? tengo frío.. - pregunta él.
- Sí, claro, como quieras.


Dejo un espacio en mi toalla, dado que la suya está ocupada, pero no viene, se mete en un espacio imposible y provoca que otro se ponga en la mía.
"Será idiota." - pienso...
Saco la cámara. Yo a su lado.
Nos tumbamos, estamos boca-abajo, esta vez de nuevo a mi derecha. Me quita la funda de la cámara. No me la da.
- Si te doy un beso, ¿me la darás?
- ¡Claro!
Primer beso que le doy, tan tonta no soy... No puedo dejar de mirarlo, es lo más bonito que jamás había visto.
A todo esto se hacen las 9 de la mañana, por si lo habían olvidado, no, todavía no hemos dormido. Ahora a la piscina.
Me ahoga. Yo no toco suelo. Me engancho en su espalda. Suave. Tras estar un rato. Salimos. Él tiene frío. Tapado hasta el cuello con la toalla, le sonrío. Mi tumbona esta en el sol, él en la sombra, le digo que si tiene frío que ponga su tumbona en el sol, pero él no entiende mi indirecta.
Sugieren comer algo en una mesa del bar.
Me levanto, me acerco a él, lo tapo bien y le beso la frente y le digo que le faltaba el beso de buenas noches.
Después, se sienta a mi lado. No quiero irme. No sé porqué pero me apetece estar con él.
Apoya los codos en la mesa y yo me echo hacia atrás. Le acaricio la espalda a la vez que él acaricia mi pierna izquierda. Sigo pensando que no quiero marcharme pero el tiempo pasa y va a llegar la hora. Incluso cojo el tren que no me toca; y cojo el siguiente que son dos horas después. Pero aún así yo no quiero irme. No quiero despedirme. Sé que cuando me vaya ya no sabré de él, pero el momento llega.


13:30 debo irme.
Me despido del resto. Él no está ahí, también se va a su carabana y está de pie en la salida. Me despido de dos con un encantada de haberos conocido y me marcho.
Cuando por último me toca él, miro esos preciosos ojos, y esa bella cara y a mi se me para el tiempo, quiero articular palabra, quiero decirle encantada de haberte conocido, pero no me sale. No me sale nada y me limito a los dos besos.
Finalmente digo, "¡Hasta luego!"
Pero yo sabía que no iba a volver a verlo... No iba a ver esa luz reflejada de esos ojos verdes que tanto me encantaron, ni iba a ver esa linda cara, ni iba a hablar con él, y yo me quedé con la curiosidad.
Y con dicha curiosidad me fui. El viaje de vuelta en tren se me pasó pensando en él.
Durante los días siguientes, no podía ni dormir, me había marcado la imagen de la primera vez que lo vi y esos días en los que sin saberlo nos habíamos ofrecido más cariño que cualquier persona hubiese pensado.
Una noche... a las 3 de la mañana, mi movil sonó. Una llamada perdida. Numero desconocido, lo vi y pensé "Por favor, que sea él".
Mi corazón se puso a latir a 100 por hora y yo, persona no creyente, recé para que ese número fuese él, porque yo no aguantaba una noche más sin dormir.

¿Quién decía que no existía el amor a primera vista?

jueves, 18 de febrero de 2010

"Nada valgo sin tu amor"

Hoy es uno de esos días en los que te das cuenta de que mi vida sin ti no tiene sentido.
Es un día cualquiera, pero lo pienso.
Como dice una canción "nada valgo sin tu amor".

Eres todo ese conjunto de sensaciones, de momentos, de sentimientos, de cosquilleos que me encantan y que necesito. Que necesito de verdad. Y no lo digo por decir, no soy la típica niña tontita que le dice te quiero a todo el mundo. Yo, no los regalo, pero en cambio a ti... es que no te quiero, te amo.
¿Sinceramente? No sé que me enamoró de ti. ¿Tu sonrisa? ¿Tu mirada? ¿Tus besos? ¿Tu risa? ¿Tus caricias? ¿Tus abrazos?
No lo sé.
Creo que todo el conjunto, es decir, todo tu.
Un día de lo menos pensado apareciste y te quedaste en mi corazón. El espacio cada vez se hizo más grande, hasta que tu nombre un día se grabó con fuego en mi corazón.
Gonzalo.
Sí, lo llevo tatuado en el corazón.
Lo llevo tatuado en la sangre, en las venas. Lo llevo tatuado en el alma.
Y para siempre.
Por que no reconozco un día sin saber de ti. Porque no quiero saberlo, tampoco.
No podría decirte que formas parte de mi vida, porque mentiría.
Te puedo decir que eres mi vida, ahí no te engaño.
Lo que siento por ti es totalmente dulce, explosivo y sincero.

Creo que soy adicta a ti.
Adicta a tus sonrisas, a tus abrazos, tu risa y tus besos. Adicta a tus sorpresas, a tus caricias, a tu voz. Adicta a tus tonterías y tus no tonterías, adicta a tus perfecciones e imperfecciones. Adicta a aquello que haces, a aquello que haces conmigo. Adicta a cogerte de la mano. Adicta a mirarte, adicta a besarte y parar para susurrarte que te amo y seguir.
Soy adicta a tus instantes.
Soy adicta a mi vida, porque mi vida eres tu y no hay cosa en el mundo que me pueda hacer más feliz que tu, y tengo miedo. Tengo miedo de que un día no pueda ser más feliz de lo que soy ya, porque de veras que veo complicado poder ser más feliz de lo que lo soy ahora.

Pero sé que mientras tu, estés a mi lado, yo lo seré. Eres mi felicidad. Me devolviste a la vida, fuiste mi rayo de luz en ese pozo oscuro, mi rayo de esperanza y por mucho que pase tu siempre sigues y seguirás brillando, como un ángel, eres mi ángel de la guarda que brilla por si solo.
Tu siempre serás mi luz, tesoro.