jueves, 19 de noviembre de 2009

Una luz especial.






Cómo tantos otros 19 de Noviembre hay algo para ti aquí.
Hoy, son 17años.
17 años a tu lado.
Te diría tantas cosas... que creo que me repetiría. Hemos vividos tanto juntas... Siempre has estado conmigo, siempre he estado contigo.
Cada verano, cada fallas, primavera, navidad... SIEMPRE.
Me acuerdo de momentos contigo, que son para escribir un libro.

¿Recuerdas cuando íbamos a patinar al parque del oeste?






¿Recuerdas cuando cenábamos de bocadillo en el parque que está en frente de tu insti? Nos poníamos super contentas cuando nos decían que nos íbamos a quedar ahí a hacer una merienda cena, eso significaba seguir jugando.

¿Recuerdas cuando jugábamos en los laberintos de arbustos del parque del oeste? Yo pensaba que era super alto y no te veía; y entonces después de dar vueltas entre los arbustos descubrías un puentecito de hierro negro donde podías salir. Ahora pasas por el laberinto y los setos a penas te llegan a la cadera.





¿Recuerdas cuando tu hermano se perdió en Expojove y fuimos nosotras las que lo encontramos? Nosotras dos, juntas empezamos a buscarlo y a preguntar por un niño pequeño rubio que se había perdido, hasta que preguntamos donde se encontraba el sitio donde se quedában los niños perdidos, y fuimos (ponle que teníamos 5 y 6 años) y no lo encontramos allí jugando y entonces nosotras contentas porque fue como un triunfo lo llevamos donde se encontraba todo el mundo.




¿Recuerdas nuestras super coreografías de verano de todo el CD de caribe mix?
¿Recuerdas cuando jugábamos con los muñecos por el chalet?
¿Cuando ívamos con las bicis a L'origuilla con tu madre a por el pan?
¿Recuerdas cuando fuimos al pueblo y una de nuestras primas segundas nos caía mal y escapábamos de ella? Y siempre se quedaba a tu hermano, y nosotras pensábamos, "Claro como él es pequeño y no puede decirle nada..." ¿recuerdas cuando en el pueblo estábamos en la habitación de arriba y estábamos riéndonos y de pronto subió las escaleras y nos dijo a todos que nos calláramos que había visita? La hermana pequeña (¿Isabel?) de la chica esta le decía que nos dejara en paz.





¿Recuerdas como siempre tu elegías el rosa y yo el amarillo? ¿Recuerdas entonces cuando la yaya nos compró un pijama a cada una y para que cambiásemos de color la idea era que el amarillo era para ti y el rosa para mi y decidimos cambiárnoslo? Yo me acuerdo que en los pantaloncillos tenían muñequitos y que nos lo enseñaron y nos los cambiamos en el momento en la habitación pequeña de la entrada de cada de la yaya.

Podría enumerar tantos...
Quizás de algunos que he dicho no te acuerdes, porque tu eras más pequeña...
Quiero decirte que yo me acuerdo de todo eso y más; que he pasado toda mi vida contigo y que te quiero con locura.
Quiero decirte que me acuerdo de ti todos los días y que te echo de menos cada uno de ellos.
Que me encantaría seguir compartiendo mucho más momentos, y que espero que no te vayas nunca de mi vida porque en serio te digo Patricia que te quiero mucho y que sinceramente, eres una de las personas más importantes de mi vida, y que prima como tu no hay ninguna, que si tengo que dar la vida por ti, la daré.

Por favor no me cambies nunca, porque eres una niña maravillosa, alegre, graciosa, que sabes que contigo me lo paso genial, eres una niña encantadora, cariñosa, buenísima persona y que nunca haría mal a nadie. Guarda siempre esa dulzura y esa alegría.

Felicidades de nuevo.
Te quiero.

domingo, 15 de noviembre de 2009



Ella junto a esa ventana gigantesca.
Fuera un frío de esos que pela.
Con su mano derecha arropaba la taza de un delicioso capuchino con mucha espuma y en la otra un cigarro apagado, todavía. Sabe que la dañará
Permanece pensativa mientras observa el tránsito de personas que camina deprisa con las miradas intensas en el horizonte, y ella con la mirada cansada y perdida, sigue con café y cigarro en mano.
Sorbito de café. Mmm.. que bien sienta cuando tu cuerpo está engarrotado por el frío.
Es lo que tiene Londres en Diciembre.
Acerca su mano izquierda a la boca y sujeta el cigarro con los labios. Busca en el gigante bolso un mísero mechero. Nada no lo encuentra. Saca el monedero, la bolsita de pinturas, las cartas del banco, un boli, las gafas de sol que tanto le gustaban y que tanto le costó encontrar, las llaves de casa, el cacao que después de utilizarlo lo había dejado caer dentro, una corbata para el trabajo, la caja de chicles...
¿Y el mechero?
Hoy no parecía ser un buen día.
Se había levantado y él ya no estaba en la cama, ya se había marchado sin decirle nada. No sabía donde estaba, y estaba preocupada, estaba triste. Al despertar echó de menos girar su cabeza y ver esos ojos que la contemplaban o despertar y escuchar una respiración profunda hasta decidir cuando levantarse.
Hoy eso no había pasado y ella no sabía por que.
Y para colmo no encontraba su bonito mechero, justo cuando más necesitaba una calada de ese asfixiante humo que le quitaba un minuto de vida, sencillamente porque ella quería.
Como no podía más y ya con casi todas las cosas del bolso fuera, siguió metiendo la mano en busca ya del maldito mechero cuando de pronto sintió el tacto de un papel envolviendo algo.
Era una cajita pequeña con semejante forma a la de un mechero pero no.
Cojo el folio que lo envolvía y en él escrito:
"Perdona por haberte quitado ese maldito mechero, pero adoro cada minuto que vivo contigo y no quiero que los desprecies con ese cilindro que echa humo.
Te quiero con locura y cada día que pasa aún más. Quiero tenerte el resto de mis días, por eso.. abre la cajita..."

Ella con una medio sonrisa, una emoción, una curiosidad y un desconcierto abrió la cajita.
Dentro de ella un precioso anillo, y debajo de él otra pequeña nota:
"¿Quieres casarte conmigo?
Te amo.
¿Que tal si cambias en esa mano izquierda ese cigarro por estar conmigo cada minuto de tu vida?"

Entonces apareció él en esa cafetería inglesa en la que ella acudía tan frecuentemente, con un gigantesco ramo de rosas rojas y con una sonrisa, se acercó y le dijo:

- Llevo contemplándote toda la mañana, pensaba que no harías por buscar ese mechero y no poder declararme... Te amo.

Ella sorprendida porque no lo esperaba, tartamudeaba.

-Pero, pero... pensaba que te habías enfadado conmigo...
-Sólo contesta mi amor - dijo él.
- Claro que quiero mi vida.
-Te amo princesa. Y ahora prepárate porque has aceptado ser mi princesa, y ahora empieza nuestro cuento, cierra los ojos, que yo te llevo.








Lo siento.

Lo siento pero te quiero y además lo hago totalmente aposta queriendo hacerlo.
¿Y sabes que? Que es que cuando no quiero también lo hago.

Te amo sin querer pensarlo.







Tu eres mi yo... y sin un tu no hay un yo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Noviembre sin ti.

Parecía un día como otro pero no fue así.
Estaba contigo y no podía creer que estuvieras aquí, cerca de mi.
Soñar contigo y tu junto a mi.
Podía tocarte el cabello y perderme en tu mirada.
Sentirte cerca, dormir en tu pecho, acariciarte.
Eras real.
Tantas veces soñandote, tantas veces extrañandote.
Eres real.
Tanto sin verte, tanto sin sentirte.
y estabas ahí, eras totalmente real.
Eres el sueño hecho realidad.
NO lo podía creer y sigo sin creerlo.
NO creía que estuvieras junto a mi.
Eres esa cosita dulce que todo el mundo no espera conocer porque no cree que la perfección exista en tales cantidades.
Pero luego marchas y entonces me quedo sola, entonces ocurre un Noviembre sin ti a espera de otro sueño que hacer realidad.
A pensar si verte fue real o no.
A seguir extrañandote un mes tras otro más.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Contigo

Tengo tantas ganas de ti...
Me encantaría darme la vuelta y verte cada día. Y poder ver esa sonrisa, esa dulce mirada.
Estás lejos, aunque no demasiado.. pero de igual modo aunque hagamos lo posible por estar más cerca yo sigo queriendo más.
Las horas se me pasan volando y me saben a poco.
Me tiraría la vida entera contigo y siempre querría más.
Lo eres todo.
Empezaste poco a poco y ahora eres más grande en mi interior que yo misma.
Quiero permanecer a tu lado para siempre.
Que duermas a mi lado y contemplarte durante toda la noche, escuchar esa respiración relajante que hace que finalmente me duerma sobre tu pecho.
Acariciarte hasta que finalmente nos durmamos los dos.
Hacerte reír.
Hacerte feliz
Poder besarte nada más despertar.
Te quiero.
Me haces feliz y quiero hacerte feliz el resto de mis días.
Lo eres todo.

Tu me hiciste renacer y ahora quiero crecer contigo.
Te quiero.