lunes, 7 de octubre de 2013

Tristeza lo llaman.

Meterte en la ducha para que las lágrimas se camuflen entre el sin fin de agua que cae sobre ti. Respirar hondo. Tirar el aire poco a poco por la boca mientras un recuerdo te viene a la cabeza y comienza de nuevo el llanto... Y piensas "tranquila, tranquila..." Pero sabes que no te convences. Y te duele dentro. En el alma. Notas cómo el corazón está abierto y sientes la herida dentro... latente... Sigue bombeando. Recuerdas cada palabra, cada gesto, cada momento y late con más fuerza. Nervioso, descontrolado. Así anda mi vida ahora. Tristeza, lo llaman.